lunes, agosto 04, 2008

CANIBALISMO, ANTROPOFAGIA, REFLEXIONES SOBRE LA PULSIÓN CANIBAL Y EL AMOR


1.- Una mañana de domingo soleada, mientras caminábamos por la loma de los maitines me preguntó despreocupada mi amiga Natilla qué si cuando yo quería mucho a alguien ¿No me daban ganas de morderla o de comermela?. A mi me sorprendió la pregunta, sobre todo por la honestidad con que fue formulada y me puse a pensar que si en la mordedera, chupadera y saboreadera propias del acto sexual ¿Había en mi una intención gastronómica?.

2.- He observado que las mujeres cuando visitan a mi pequeño sobrino, el cual por cierto tiene unos cachetes gorditos; empiezan a hacerle cariñitos en la cara que terminan con intentos refrenados de morder, y con expresiones como: "Provoca morderlo, uyyy me dan ganas de comermelo o te voy a comer Fabrizio..." estoy enterado de que a este deseo aparentemente inofensivo los psicólogos llaman Pulsión caníbal. Creo que quizás no lo muerden de verdad por cuestiones morales y no por falta de ganas.

3.- En las exploraciones que de África se hicieron en el Siglo pasado nada era más aterrador que las leyendas sobre tribus de hombres que disfrutaban de comer otros hombres. Leyendas que resultaron siendo ciertas y que aún dan escalofríos a algunos el imaginarse una horda de aborígenes haciendo un sabroso guisado con algún miembro de la familia.

4.- No sólo Colón les dio el nombre a los caníbales, por una tribu Caribei que consumía sin pudor carne humana, sino que además regó la fama en Europa que muchas tribus comían carne humana en las nuevas tierras por el encontradas. Hay un relato de Herrera Luque con su particular humor negro, donde cuenta que una embarcación que llegó a una isla desconocida cerca a las costas de Venezuela encontró en sus playas a unos amistosos indígenas que hacían un gran asado de carne al que a los recién llegados invitaron generosamente, y al preguntarle al cocinero ¿Qué iba a comer? Éste respondió con desenfado: "Cura Asao", de allí el nombre de la isla: Curazao.

5:- Casos como el de los sobrevivientes de los Andes, El Sitio a Leningrado, El de la Sierra Nevada de California, el de reductores de cabezas y muchos otros nunca han dejado de sorprender y repugnar a la gente, aunque hay una especie de fascinación, quizás un morbo por saber sobre algún caníbal. Don Angel Vargas en Táchira por ejemplo, llamado el Comegente es aún protagonista de cuentos sin fin en San Cristóbal y de muchas exageraciones estoy seguro, pero se sigue hablando de comer gente con un gusto extraño.

6.- Famosas se han hecho películas como Caníbal Holocausto, Tomates Verdes Fritos, El Silencio de los inocentes, Hannibal, Viven, y más recientemente Delikatessen, donde se muestra que el hombre come hombre, a los espectadores les fascina las escenas donde explícitamente se consume carne humana. Además la existencia de platillos como: Niños envueltos, Muchacho relleno, y algunas frases como. "Esa carne era una maravilla, sabía como el culito del niño Jesús..." me indican que en realidad puede ser placentero el imaginarse comer a algún niño.

7.- Hay una diferencia grande entre los caníbales y los antropófagos, los primeros comen carne humana para satisfacer una necesidad básica; los segundos consumen a un hombre por y para fines mágicos-religiosos como adquirir su valor, sus poderes o preservar parte del ser amado. Creen algunos místicos orientales cristianos que Jesús en la última cena cortó trozos de sí mismo y dió de beber sangre a los apóstoles para mantener contacto con ellos luego de la muerte del cuerpo. En cualquier caso Jesús es un Dios comestible, cuerpo y sangre de él son consumidos en la misa por medio de un fenómeno llamado Consustanciación.

8.- Dicen algunos investigadores, antropólogos y sociológos, que el ser humano ha sido antropófago desde hace miles de años, que lo único que lo cohibe de comer carne humana son las costumbres y tabúes que las leyes y las religiones imponen. También dicen sus estudios que la carne humana tiene un sabor dulce y delicioso sin comparación, sobre todo en los hombres de raza negra, porque los de raza blanca son un poco más grasosos y jugosos pero menos dulces y tiernos.

A todo esto no nos queda más que expresar que el ser humano tiene una pulsión canibal latente, que se siente fascinado por la posibilidad del consumo de carne humana, que muchos animales consumen la carne de sus congéneres sin problema y que quizás sin no existieran leyes contra esto algunos restaurantes servirían carne humana en sus menúes y hábidos sibaritas correrían a consumirla sin espavientos. Que muchos mitos hablan del consumo de carne humana como una aberración, como tratando de aleccionar al hombre que su consumo aunque es posible es malo para la humanidad misma. En lo personal no le muerdo los cachetes a mi sobrinito, pero si le muerdo las piernitas y le digo que me lo voy a comer y él se ríe mucho. No creo que probaría la carne humana en un contexto social como el nuestro pero quizás siento curiosidad sobre el tema.

Voy a incluír en este post una receta maravillosa que encontré en el blog: Reflexiones desde el cuarto de baño

Cocinando con la Miss
Cortamos 3 cebollas en juliana fina, 4 dientes de ajo en pequeños cuadraditos, 6 zanahorias medianas en rodajas y 5 patatas. Se colocan las verduras en una placa de horno alta, de unos 10 cm, con aceite de oliva virgen extra.

Se deben cortar dos brazos humanos a la altura de los hombros, se le quitan las manos (que luego se pueden aprovechar para hacer un caldo) a la altura de las muñecas y luego se hace un corte en el codo para separar brazo de antebrazo. La carne puede ser de un muerto o bien matar a alguien para la ocasión, no es aconsejable cortarle a nadie los brazos en vida.

Finalmente hay que hacer un corte superficial para retirar la piel de la carne y se mete al horno a 250 grados durante 5 minutos. Se quita la placa del horno y se da vuelta la carne (que quedará dorada en la parte superior. Hecho esto se agrega un litro de vino blanco, sal y pimienta a gusto y se pone una hora en el horno a 150 grados hasta reducir el liquido.

Quizá mas de uno pueda haber sentido herida su sensibilidad con esta receta, pero mientras algunos sigan pregonando, desde sus altares de tradicionalismo, que la tauromaquia es un arte; esta miss no sentirá el menor pudor por hablar del canibalismo en clave gastronómica.

5 comentarios:

Cerelaque dijo...

Dos cositas...

Otra película sobre el tema es Voraz (Ravenous) de 1999, protagonizada por Robert Carlyle y Guy Pearce. Allí la ingesta de carne humana transforma en algo extraño... un wendigo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Ravenous

Comparto que la cosa inquieta...

Antonio Gámez dijo...

Esa película Voraz es sobre los pioneros y del caso de la Sierra Nevada de California, de una caravana que cambió de rumbo y se quedaron sin viveres.

Saludos...

Gloria Sanmiguel dijo...

ummm..suena delicioso "brazo horneado"! otra peliculilla donde un personaje mister spica es obligado a comerse un desagradable manjar (quizas no tanto)es en "el cocinero el ladron su mujer y su amante" de peter grenaway.. interesante reflexión sobre mordiscos y el amor...saludos!

cibercuoca dijo...

Muchas veces cuando miro alguna oveja u otro animal me planteo lo desagradable de comer la carne de los animales, pero después me olvido.....hasta ahora.


Tienes razón con respecto a la tauromaquia , no es un arte es una carnicería, cuando el toro le mete los cuernos en algún lado se lo merecen .

Cerelaque dijo...

Voy un poco más allá... las corridas son una ejecución! No es un enfrentamiento porque ni ganando (cogiendo al torero) el toro gana su vida.