viernes, noviembre 30, 2007

Habitación roja o armonía en rojo de Matisse


Les dejo esta obra de H. Matisse que en armonía roja muestra un comedor como cualquiera, ¿qué mirada del mundo debe tener un artista? ¿Qué mirada del mundo debe tener un cocinero?


Yo miro hoy mi comedor con mirada de Matisse... Eso si...de otro color...
La habitación roja 1908
Óleo sobre lienzo.
180.5 x 221 cm.
Hermitage. San Petersburgo
Henri Matisse

martes, noviembre 27, 2007

Ingredientes del Thanks Giving o Acción de gracias a las américas


El jueves pasado los norteamericanos celebraron el Thanks Giving o Acción de gracias, como muchos de ustedes saben, es el día que se reunen las familias, es más importante para ellos que navidad y año nuevo; ese día cenan juntas, aunque tengan que viajar mucho para reunirse. En la cena aprovechan y dan gracias por las buenas cosas que tienen en sus vidas. Su origen está en los inicios de la colonización de las tierras americanas, los peregrinos que llegaron en el Mayflower y que a consecuencia del duro invierno de Masachussets apenas sobrevivieron, dieron las gracias a los nativos, pero no a estas tierras; que les ayudaron a conseguir alimento y cobijo.
La cena tradicional de acción de gracias consta de un montón de platos que van desde puré de papas, batata dulce, pastel de calabaza (auyama) y por su puesto el pavo. Los productos americanos han contribuido al mundo y han enriquecido con su diversidad a los ingredientes de la cocina del mundo entero. Por ejemplo el pavo, chompipe o guajolote es autóctono de América, especialmente del norte y centro América. Meleagris gallopavo y Meleagris ocellata son especies de estas tierras. Las papas o patatas (Solanum tuberosum) del puré también son americanas, originarias de sur América, al parecer en la altiplanicie peruana. La calabaza, ahuyama o zapallo (Cucurbita maxima) también es originaria de sudamérica . La lista de ingredientes sigue y sigue el tomate y el pimentón por ejemplo y ¿quién imagina la cocina italiana sin tomates o culaquier cocina sin papas?

Doy gracias a estas tierras hoy por los productos que nos han dado, ingredientes que han ofrecido mucho al mundo, aunque nos sigan diciendo tercer mundo y nos desprecien, debería el primer mundo dar gracias a diario por lo que las tierras de América les ha dado. Todos somos americanos, hasta el pavo; aunque algunos piensan que existen americanos de tercera, buen provecho a todos.

jueves, noviembre 15, 2007

Osso Buco y el Pájaro Campana


Los buenos oficios como gastro-blogero de mi amigo Manuel Allue me despertaron el apetito con un sabroso post titulado: OSSO BUCO (PATER NOSTER SUB SILENTIO) allí compara un viernes santo de Mendelssohn, donde la música sublime encrispaba hasta a Goethe; con un plato llamado Osso Buco. Sutil y contundente lo llama y realmente tiene razón.
En mi país al osso buco lo llaman lagarto con hueso, son los jarretes o parte de la pata de la res. Es un corte duro y más bien barato, un poco despreciado por la dedicación que requiere, que no es apto para aquellos de la cultura super sintetizada de la comida rápida de payasitos.

Este corte de carne me lo dio a conocer mi papá, que con su ascendencia italiana lo heredó a su vez de su abuela materna. Mi padre se paraba los sábados que estaba en casa muy temprano en la mañana, nunca supe a que hora; y montaba un sancocho cruzao de Osso Buco y gallina o de Osso buco y pecho de res. Horas al fuego, desgrasaba el caldo poderoso, aromatizaba a todo el edificio con esta preparación y sus efluvios santorales (diría Manuel), se tomaba un trago y ponía en su aparato de sonido sorround Pioner el disco: Clásicos del arpa Paraguaya, donde el Pájaro Campana se paseaba de una corneta a otra del portentoso aparato, mientras Toño Gámez (papá) se emocionaba mostrando como pasaba una parte de la canción de una altavoz al otro y ponía las verduras o el atado de hierbas aromática a la preparación.

A mi hermana y a mí nos despertaba el aroma y la música y nos esperaba poner la mesa para que la creación de Toño nos acojiera entre sus vapores y deliciosos sabores. Nos hacía sudar esa sopa pderosa, servía la carne aparte y el tuétano del hueso hueco los untabamos en el pan que ya desde temprano había comprado papá.

Osso Buco y música Paraguaya, no tan sublime como la de Mendelssohn pero tan contundente y recordada como la de Manuel. Este Sábado prepararé Osso Buco a la manera de Milán, para recordar aquellos días, la música que pondré no la tengo decidida.

lunes, noviembre 12, 2007

Bienvenido Fabrizio


El jueves 8 de noviembre a las 9 : 00 pm llegó mi sobrino Fabrizio. Que Dios le de salud y luz en su paso por esta vida, porque a nosotros nos ha dado a este bello niño.

lunes, noviembre 05, 2007

El Otoño a la "maniera" de Manuel Allue

En la cocina de Manuel Allue fue cocido un post hermoso dedicado a lo que aquí escribimos por lo que le damos las gracias. Aprecio mucho su comentario ya que me declaro admirador y lector cotidiano de sus blogs Desde mi cocina y Ambos Siglos , que son geniales y de una belleza que embelesa. En ambos da muestras de aspectos de sí mismo muy distintos pero que están en equilibrio con lo que debe ser Manuel en su escencia, el hombre tiene una claridad admirable, una llaneza en lo que dice y una mirada hermosa de la vida.

Manuel pone en su post un cuadro de Giuseppe Arcimboldo, que me gusta tanto que acá lo pongo también, Giuseppe con su "maniera" rompe con los dogmatismos de las escuelas clásicas del renacimiento y no pinta más que a la manera de él mismo formando con frutas, objetos, animales y flores las formas humanas de sus cuadros. Así mismo, Manuel con sus escritos sobre gastronomía rompe con la postura prepotente y sabihonda que por lo general asumen quienes se dedican en serio a estudiar y escribir sobre algún tema, y nos llena de anécdotas deliciosas y de análisis aromáticos de los temas gastronómicos que le ocupan. Manuel es otro representante de lo que llamo puente entre las letras y la cocina, tan cercanas e impresindibles al hombre en su misma escencia.

viernes, noviembre 02, 2007

Los Corderos de Carracci y Gámez


1580

Oleo sobre lienzo, 185 x 266 cm

Christ Church Picture Gallery, Oxford


Varias veces fui cuando niño con mi familia a la finca Mistajá, estación de la Universidad de los Andes para la introducción de ovejas a las zonas altas de Mérida para su explotación. Aunque el proyecto era bueno, la cosa no se expandió, me imagino porque no forma parte de la cultura venezolana el consumo de ovejo en la dieta común.

Recuerdo que en aquella finca hermosa en la vía a La Azulita, hacían matanza de ovejas y a algunos primos y a mí no nos dejaban ver la matanza ya que eramos pequeños y nos podía impresionar. Mis primos y yo fuimos a hurtadillas y finalmente vimos la matanza, limpieza y despostaje de un par de corderos. A mí más que impresionarme negativamente me fascinó el hecho de que los corderos daban la vida para que nosotros comiéramos. En eso días estaba haciendo el curso para mi primera comunión y estoy seguro que algo de eso comenté allí, cosa que a la catequista de seguro le ofendió, ¿Cómo iba a estar comparando a una oveja cochina con el cordero de Dios, el mismo Jesús hecho Cristo? Ante el regaño y consiguiente sermón del Cura de la iglesia, al que por su puesto le informaron de mis infulas heréticas; se me olvidaron mis reflexiones filosofico-religiosas y me preocupé por las teológicas-gastronómicas, como la de que si la ostia es el cuerpo de Cristo y el vino su sangre, ¿No era el cura un caníbal? ¿Nuestro Dios era comestible? ¿Por qué nos comiamos a nuestro Señor? Estos pensamientos me llevaron incluso a proponer a mi madre que me cambiaría mis hábitos alimenticios a los de vegetariano estricto.

Me ocupaba de estos problemos cuando volvimos a Mistajá y esta vez mi papá me hizo entrar a ver la matanza, cosa que el pensó me haría bien para mi formación de hombre y luego nuestra amiga Maribel de Oviedo, una simpática madrileña comadre de mi tío Luis Enrique, preparó un estofado de cordero innolvidable. Este platillo fue para mí fundamental, ya que me hizo olvidar mi pretensión de ser vegetariano. A la mañana siguiente Maribel, tal porque me vio como Pepito preguntón o por el interés que demostraba por lo que en la cocina hacía, me enseñó a hacer Tortilla de papas, uno de los platos que en mi pequeño círculo familiar me crearon fama de buen cocinero.

Hoy me encontré este bello cuadro de Annibale Carracci, su contundencia disparó en mi el recuerdo de aquellos corderos, que representan uno de mis primeros pasos en la cocina y una de las impresiones que en mi alma de niño dejaron honda huella.