martes, agosto 19, 2008

UN MACARRÓN CON POLLO PARA LA VERGÜENZA ÉTNICA DE NO COMER CARAOTAS Y UN PERRO CALIENTE CON GUASACACA PARA EL DESPRECIOS DE LO EXTRAJERO



1.- Muchos creen que la vergüenza étnica es uno de los males que aquejan a Venezuela desde todo punto de vista. Por ejemplo mi hermana y yo admiramos a México que en todas las producciónes audiovisuales muestran las bellezas naturales, turísticas al igual que los usos y costumbres de esas tierras, parecen obligados por ley, pero no hacen más que mostrar su enconado nacionalismo y su orgullo por lo que son. En Venezuela aunque hace un pocos años se trata de hacer producciones donde se muestra lo nuestro, en primer lugar se hace obligatoriamente, por imposiciones gubernamentales, cosa que me parece muy buena pero que se nota la obligación y una cosa muy importante, al mostrar nuestras costumbres ancestrales, como suele llamarselas; no debemos despreciar la evolución e influencias que otras culturas nos han aportado. Lo viejo no es mejor que lo nuevo, lo tradicional es necesario mantenerlo pero es necesario aceptar que las custumbres de un país evolucionan con los tiempos, respetemos los tradicional, aceptemos la evolución, no al olvido, pero no al desprecio.

2.- Mis primitos criados en la generación X, como define Andrés Lopez; son hijos de los video juegos y de la comida americanizada y comercial de las grandes cadenas, no critico eso, el ritmo de la vida moderna, la agitación incesante de las grandes ciudades, la influencia de los medios de comunicación, de la globalización, pero sobre todo, del desarraigo. Esos primitos míos no comen caraotas, fuímos a los pasteles de la Parroquia y yo pedí un empanada de pabellón, cuando vieron las caraotas declararón: "¡Asco!", eso de avergonzarse por comer cosas tradicionales demuestran el desarraigo y la vergüenza étnica que tanto nombran los entendidos. Que no coman algo porque no les gusta, pero no por que les da pena, negar nuestros platos es negarnos como nación, negar nuestra identidad.

3.- Tampoco apoyo iniciativas donde hay un desprecio por lo nuevo, todo es necesario, si pedimos respeto por las tradiciones, debemos respetar las evoluciones, aunque no establezco que comer hamburguesas con papas sea evolución alguna. Pero la pasta con onoto se come en los llanos, el rancho con timbre (spaguetti con caraotas) en el centro del país y los perros calientes asumen salsas como la guasacaca. La comida se adapta al gusto criollo, en Puerto Ayacucho en los expendios de perros calientes callejeros se ponen frasquito de ají tornillito molido y mezclado con sal, ingrediente este usada por los indígenas.

4.- Ví el apoyo que da el gobierno a las étnias de la Sierra de Perijá en Zulia, pero el apoyo consiste en ayudarlos a hacer invaciones, ayudarlos contra los ganaderos y ví las declaraciones del Jefe del Teatro de Operaciones de la zona, General No sé ni me importa; diciendoles a los Caciques de las seis étnias principales que: "ellos eran más venezolanos que los ganaderos". ¿Será eso cierto? ¿Será más venezolano el maíz molido que la Harina PAN? Por cierto que los caciques usaban franelas rojas con consignas además de los adornos de pintura y bandas de las tribus, esas franelas rojas ¿Serán ancestrales vestiduras? Pienso que debemos dejarnos de discursos que discriminen a algún sector, somos todos venezolanos. No he visto a los políticos super-venezolanos dejar de comer hamburguesas, ni dejar de beber güisqui escocés, o ¿pensarán ellos que Juancito Caminante (Johnie Walker) es amigo de la revolución? Por cierto que he visto a muchos paladines del "¡No a lo extranjero!", del "!Sí al chicharrón pelúo!" comiendo en restaurantes japones o pidiendo un T-Bone Steack sin vergüenzas imperialistas. Nada de desprecios, a mí no me gusta el hígado, pero lo cocino y me parece un gran ingrediente que a muchos fascina, no por eso lo desprecio, sólo y repito, no me gusta.

5.- La Hallaca tan nuestra es muestra de quienes somos, con ingredientes propios y foráneos, con adiciones modernas, reformas constantes y tan diversa como diversidad hay en el país, y nadie anda despreciando las pasas porque las trajeron los colonizadores ni las almendras que vienen del imperio. "¡Sí al agua de panela!", pero que cada quien decida, nadie puede imporner su cultura a nadie, seríamos como los representantes de la iglesia que impusieron su religión diciendo que no es venezolano quien no coma caraotas, o como los afrodescendientes en Norteamerica siendo más racistas que los racistas. Que mis primitos no coman caraotas porque no les gustan, no porque les dé pena. Que otros hablen mal de los MacDonalds pero que sus hijos tegan su cajita feliz si quieren, nadie es más venezolano que nadie, así somos pasteleros, desarraigados y llenos de vergüenza étnica, por eso cuando coman un macarrón con pollo no se crean que es el plato venezolano más antiimperialista que se pueda consumir, ni olviden que hasta en la hallaca la evolución y la mezcolanza étnica y cultural de nuestro país se evidencia.

4 comentarios:

Cerelaque dijo...

Coincido en que no es necesariamente malo ni bueno algo por el simple hecho de ser nuestro ó ajeno... disfruto al máximo una empanada de dominó (caraotas con queso), una cachapa y un buen mondongo... Pero no niego la maestria de unos buenos callos (por decir lo cerca) ni de un buen sushi ó un couscous (por decir lo lejano)
Sería como reconocer que las artes, la música, la literatura tienen un sello de calidad implícito por el origen; lo que nos dejaría en una xenofobia explícita. Así como hay gente buena en todas partes, hay furtos de calidad en todas las culturas y rincones del planeta.

Karina Pugh Briceño dijo...

Antonio... Esto es una batalla quijotesca...

En los catering los pro revolución piden salmón a gritos, se lanzan encima chanel 5 y bailan reagetton.

Por otro lado, el fenómeno no es nuevo... Mi amado Luis Mariano Rivera escribió una canción sobre el mango que dice que la manzana, extranjera y paliducha es peor que el mango criollito... Y la verdad es que el mango vino en la colonia, pues su orígen es asiático.

Las mujeres en Guiria (y lo oí en vivo de la boca de una guireña revolucionaria) compra "Charlota para agregarle al sofrito porque esa si es sabrosa, porque es criolla, no como esa cebolla importada"... Yo le dije que la Echalotte era mediterránea y que en Francia estaba tratando de darle la denominación de orígen; que se haya aclimatado al clima y suelo de Guiria es otra cosa, pero de criollita nada.

Yo miro con estupefacción como puede pasar tan desapercibido el carácter mestizo de nuestra cultura, como alguien puede no darse cuenta de que Venezuela es el segundo consumidor de pasta del mundo, que nuestros perros calientes son motivo de suspiro para los venezolanos que viven afuera, que comemos tanto queso como que si las vacas estuvieran aquí desde el pleistoceno.

Y lo más impresionante lo ví (y me impresionó tanto que escribí una nota para mi blog) en una foto, vulgar, obscena; que me mandaba a mí y a más de la mitad de los venezolanos a misma porra... Aquí te dejo el link:

http://paladar-inteligente.blogspot.com/2007/11/aqu-me-quedo-yo-creo-que-la-cocina-es.html

Saludos y disculpas por el mega comentario.

Anónimo dijo...

La charlota no es guireña, por cuanto su origen es Francés. Y Ud. y Yo somos Africanos porque la madre de la humanidad (como Ud. Sabe) está en Africa. ¿Vale?

Antonio Gámez dijo...

Sr. Anónimo,
Karina no dijo que la charlota era güireña, dijo claramente que no lo era. Y por qué la anonimidad? jejeje