Cómo definir la amistad? Pienso en ello, y me parece que
una relación afectiva entre dos personas, basada en el respeto, el cariño, la
lealtad y la confianza, se queda corta como definición. Afecto, cariño son casi
sinónimos, pero cómo puedo pensar sobre eso, si la amistad no es algo que surge
en el pensamiento, surge en tu cuerpo emocional. La amistad se siente. En la
amistad suele haber afinidad, intereses comunes y una notable admiración mutua,
pero sobre todo comodidad. La amistad es una relación que está basada en el
afecto, la afinidad, la confianza pero debe tener algo de admiración mutua.
Siempre tengo presente a Epicuro que hizo un catálogo
entre lo que es realmente valioso en la vida de un ser humano, y después de
largo pensar concluyó que sólo hay dos cosas infinitamente valiosas para el
hombre: la amistad y cultivar un jardín. Por cierto ambas cosas muy parecidas,
y ambas cosas muy apreciadas por mí.
Hace unos días un gran amigo, de esos que no ves
mucho, pero que sabes que están ahí, que te tienen cariño, te desean lo mejor,
que hay respeto, admiración y un afecto inquebrantable, como deben ser los hombres
justos, de sentimientos que no se puedan quebrar. Un amigo ejemplo de profesional,
de venezolano, de hombre, de padre de familia y por su puesto de amigo.
Me llamó y me regaló un hacha, un hachuela digamos
porque es para usar con una sola mano. Una pieza maravillosa elaborada por el artesano de Tintorero, en Lara. La cabeza elaborada
con el disco de corte usado de su máquina de cortar la madera. Labrada con artificio
y paciencia, pero con una pasión que se siente sólo la verla. El cabo del hacha,
está elaborado con la madera que quizá más aprecio en el mundo: La Vera (Bulnesia arbórea) que además es una
madera sagrada en Venezuela, con la que se elabora entre otras cosas los mejores garrotes para
el juego de palos.
El hacha venía acompañada de una carta a mano, (cosa
curiosa en esta época digital) con un profundo y sentido mensaje que resumo
como una carta de amistad. Donde entre muchas cosas bellas y conmovedoras que
dice, habla de la amistad, la verdadera. También expresa que el hacha hay que
mantenerla como a la voluntad, siempre afilada, y que si pierde el filo hay que
tomarse el tiempo, haciendo una pausa de ser necesario para afilarla y
reordenarse. Con calma, con reflexión, con introspección. También expresa que la madera y el fuego están
íntimamente relacionadas, que el fuego y la cocina son uno sólo, que siendo
oficiante del sagrado oficio del fuego, es necesario que pueda cortar la madera
para producir el fuego. Quizá el Doctor, mi amigo es conocedor de las antiguas
ordenes donde enseñaban que es fuego, el amor, la amistad, el espíritu, la
cocina y Dios… están cercanos y son una misma cosa.
Una carta con atisbos de filosofía, de magia, de obra
alquímica, de profunda y completa humanidad. Qué nos caracteriza a los seres
humanos, además del habla, el dominio del fuego, el amor, el poder cocinar nuestros
alimentos sino es otra cosa que la amistad.
Agradezco por acá a todos los amigos que he tenido en
este mi tránsito por la vida, he sido afortunado pues he tenido abundancia de
amigos. A los que están siempre cerca, a los que están aunque no parezca, a los
que ya no están en este mundo, con los que ya no compartimos la vida, a todos
gracias, a todos gracias, a todos gracias. Porque sin ustedes no sería quién
soy, ni estaría donde estoy, ni podré ir a donde voy. A todos aunque ya no
estén, los llevo en mi corazón.
Gracias Dr. Eduardo Echenegucia por su amistad, y por
esta hacha símbolo de tantas cosas y recuerdo de nuestra amistad.
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