Luego del Día Mundial de la Tierra poco se ha oído sobre el uso de hormonas en la cría de animales para consumo humano, aún cuando el famoso discurso carente de asesoría por demás, del presidente boliviano Evo Morales puso el tema en el tapete. En este discurso el indigenista expresó tal vez con mucho desatino que el consumo de pollos criados con hormonas era la causa de la calvicie y la homosexualidad en el hombre. Pero según la cancillería de su país que se pronunció ante la protesta de muchas asociaciones en pro de los derechos de los homosexuales, diciendo que Evo no tuvo ninguna intención de discriminar ninguna práctica sexual, que el gobierno pluricultural indigenista de ese país permitía la libertad sexual; cosa que a mí no me quedó muy clara con las palabras de Evo. Pero volviendo al tema, se ha oído poco del uso de los transgénicos y animales criados con hormonas. Cuando niño mi abuela decía lo mismo que Evo que si comían mucho pollo los niños podrían desviarse del buen camino, eso decía ella. Yo en realidad no le creo mucho a mi abuela porque bastante pollo comí de niño y ni me desvíe del dichoso camino ni sufro de manera alguna de alopecia.
Al parecer serios estudios han demostrado que el consumo de productos con hormonas trae diversos problemas al organismo incluso hay estudios que lo asocian con el crecimiento de ciertos tipos de cáncer. En cualquier caso, el discurso de Evo aunque desordenado y carente de sustento argumentativo no está saliendose de una realidad que debemos tomar en cuenta, la proliferación en el uso de plásticos en los envases para llevar por ejemplo es un factor altamente contaminante para el medio ambiente, este factor es uno en el que los cocineros, gerentes y dueños de restaurantes inciden directamente. Cierto es que el precio de las bolsas de papel por ejemplo y la casi inexistencia de otras opciones para colocar la comida para llevar nos atan las manos. Pero la despreocupación que en estos temas tiene nuestro país y en especial las personas que en él habitan me llenan de temor.
Sí, el gobierno debería tomar medidas y hacer campañas para el mejor manejo de los desechos, el consumo de productos transgénicos y el uso indebido de pesticidas y otros químicos en los vegetales de consumo humano. Pero creo que la preocupación y las medidas deben partir desde cada uno de nosotros. Yo quisiera enterarme que más que medidas las universidades venezolanas por ejemplo trabajen en el desarrollo de materiales alternativos para el manejo de al menos la comida para llevar. Me horroriza la realidad de que en nuestras universidades ni siquiera exista el reciclaje, excepción hecha por la Facultad de ciencias forestales de la Universidad de los Andes, en ninguna otra casa de estudio y menos aún en ningún ente oficial he visto el manejo de los desperdicios adecuadamente. Salvo contados casos en ningún restaurante se maneja al menos los desechos orgánicos de manera separada del resto de los desechos. Creo que es tiempo de pensar en estas cosas. Pero la mano del mercantilismo, capitalismo lo llamó Evo; siempre aboga por el uso de productos y opciones que benefician al empresario y no tanto al consumidor final quien es el siempre afectado, la cosa es que nunca, nunca pensamos que el consumidor terminamos siendo cada uno de nosotros.
¿Qué opciones tenemos a los productos industriales? ¿A los transgénicos? ¿A los plásticos? ¿Existe ninguna opción?, yo no lo creo, podríamos por ejemplo orientarnos a la compra de pollos orgánicos, pero la demanda de los restaurantes coparían los pocos criaderos artesanos cercanos a la ciudad, aunado a esto la evidente diferencia de precios entre los pollos criados industrialmente y los pollos picatierra o criollos y el poco incentivo que para los pequeños criadores existe no ayudaria en nada al problema. Creo que debemos tener mayor conciencia en estos temas. Tengamos en cuenta que en última instancia las gerencias de los restaurantes tienen como fin último y siempre primordial el tener utilidades por el servicio que la empresa ofrece pero esto los hace alejarse de cualquier responsabilidad acerca de la calidad de la materia prima que se ofrece en el local. El mercantilismo siempre en todo -Capitalismo lo llama Evo-.
Pienso que eso que dice Evo Morales de mala manera en su discurso es a pesar de todo una gran verdad, debemos volver a modos de vida llamados antiguos, la vuelta al campo, el realce de los productos orgánicos, la vuelta al conuco, el diálogo con los productores a fin de ofrecer mejores materias primas. Creo que la solución es tener más cocineros dueños de su local y comprometidos con la ecología y con un sentido de responsabilidad para con sus clientes, no todo es mercantilismo mis amigos. Pero esto les sonará a discurso oficialista o con algún tinte político, en realidad esta no es mi intención. De igual forma creo que esto es un bello sueño quizás útopico, ya que la restauranción es a final de cuentas un negocio, uno bueno y rentable; y finalmente el dinero puede más que la conciencia y esto me pone muy triste.
Sueño con un restaurant con un conuco al lado o un conuco que tenga su propio restaurant que ofrezca a sus amigos- más que clientes-, a sus invitados, platos confeccionados con productos cosechados allí mismo o a sus alrrededores. Ójala éste sea el sueño y la realidad de más cocineros, así proteger a la Madre tierra que tanto nos da y así también, cuidar a nuestros comensales que son finalmente el motivo de nuestra profesión.
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