domingo, febrero 16, 2014

LOS VECINOS Y LA FE EN VENEZUELA



Foto: http://entretraposycupcakes.blogspot.com


Tenía tiempo sin abrir el local de Artesano, quiero decir, tenía tiempo que no llegaba muy temprano en la mañana a abrirlo. Les explico ahora que hemos crecido un poco, ahora Alexander se encarga de llegar temprano, abrir, ordenar, hornear los productos, los que por política de la empresa siempre son horneados el mismo día de consumo, por ello decimos que el estado de los productos las cafeterías es: recién horneados o agotados. Por eso desde el inicio llegábamos en la madrugada para hornear cachitos, golfeados, ponquecitos. Se elaboran el día anterior, se ponen en nevera los que requieren fermentación para retardar la misma y se hornean temprano en la mañana y luego varias veces a los largo del día, con el objetivo de que tengan nuestros clientes productos recién salidos del horno a diario. Por otra parte nos encanta la panadería y es apasionante que además de hornear a diario, la gente pueda ver el proceso en sus diversas faces del proceso de elaboración de nuestros productos, ya que la cocina está a la vista del público. 

Por esto digo que tenía tiempo sin abrir. Entonces hace poco llegué un día temprano, a eso de las 4:45am, puse en el fermentador cachitos, golfeados, pan de chocolate, puse a calentar el horno, me puse a ordenar las sillas, puse música, prendí Aurelia para hacerme un doppio mañanero. Metí la primera tanda de cachitos al horno, y me dispuse a sacar el banco de parque y las mesas que ahora tenemos frente al local. De repente, ya serían las 5:45am llegan los vecinos, tres señores que trabajan en la cuadra, que tienen imprenta, negocio y realmente no sé en qué trabaja el tercero -esto me da pena pero es la verdad- llegan tocan la puerta, yo la tenía cerrada ya que aún no abríamos al público, yo abro, imaginando que querían café, y como son habituales del local y Aurelia estaba caliente pues les abrí, ellos tomaron el banquito de parque, y los colocaron donde va en la acera, frente a la cafetería, lo mismo hicieron con las mesas, y hasta colgaron la matica de millonaria que compró Vanessa para colgar frente al local. Ellos se rieron de mí y me dijeron:
 -Desde que pusieron ese banco, las mesas, sembraron la planta, pusieron luz, y venden ese café tan bueno la cuadra mejoró. Ahora circula más gente, está más bonito, nos sentimos mejor todos, por eso todas las mañanas venimos a tomar café y ayudamos a sacar las cosas que han cambiado la cuadra- 

Desde el inicio del proyecto Odisea Culinaria hemos hablado de hacer algo por el país, de mirarnos a nosotros mismos -Venezuela- con ojos de orgullosos de lo que tenemos. Desde que Odisea Culinaria abrió Artesano cafetería hemos hablado de la recuperación de los espacios públicos, del uso virtuoso de los mismos para el disfrute de quienes vivimos en la ciudad. De recuperar nuestras aceras y calzadas para los peatones, recuperarlas para el ciudadano. Para eso hemos organizado catas y intervenciones en plena calle o bulevar con cocina en vivo, dando recetas, repartiendo la receta por escrito y dando degustaciones en plena calle para la difusión de las bondades de la gastronomía venezolana y para el disfrute de quienes hacen vida en Caracas.

Este pequeño gesto de nuestros vecinos me llenan de emoción, de alegría, de orgullo, los venezolanos sí tenemos grandes cosas, estamos llenos de sorpresas y aún somos solidarios. Todavía hay quienes creen en este país, importante en estos tiempos llenos de desazón, de tristeza, de falta de esperanza. De verdad siento que no se está arando en el mar, que no es en vano trabajar por el país, que el trabajo hecho con conciencia tarde o temprano dará resultados. En Odisea Culinaria aún tenemos fe en Venezuela.

1 comentario:

carolina dijo...

maravilloso ejemplo. espero que sigas escribiendo :)