miércoles, octubre 11, 2006

UN HOMBRE DE COCINA


Yo quería aprender a cocinar (...) Pero me lo prohibieron, me prohibieron incluso entrar a la cocina. Los hombres son de la calle, andan a caballo, tienen revolver, beben aguardiente, comen chimó y pueden darse que peleen a cuchillo o con machetes...



Un filósofo en su más puro sentido etimológico no es más que un hombre que ama la sabiduría o es amigo de ella, y por ende se dedica a buscarla durante su vida. Creo que Briceño Guerrero en éste sentido ama la sabiduría con todo su ser. Me llamó la atención que este escritor, filósofo, filólogo, profesor universitario e investigador diga que su primera vocación fue la cocina.


En la página www.saber.ula.ve/iconos le rinden homenaje a este hombre de letras en un espacio denominado Iconos de la Universidad, aquí les dejo una parte de la entrevista realizada por la página a Briceño Guerrero.






“Te conté que mi primera vocación fue por la cocina, pero no me dejaron. Eso era cosa de mujeres. A veces pienso que cuando escribo es como si cocinara; es como un sustituto pobre de la cocina.”

José Manuel Briceño Guerrero, Premio Nacional de Ensayo en 1981 y Premio Nacional de Literatura 1996, ríe bajito suavizando el peso de sus últimas palabras.

“No, pero si también es muy rico el hecho de la escritura, sólo sé que esa no era la inclinación de mi niñez.”También quería coser, tejer, bordar… pero siendo un niño del llano (crecido entre las tierras de Apure y de Lara) se esperaba que supiera domar un caballo, que bebiera aguardiente, que sonriera con los dientes llenos de chimó…

Cuando le pregunto por esos años habla de extrañezas y bendiciones. Extrañezas, porque siempre se sintió diferente entre los niños que peleaban a puño (antes de que tuvieran edad para el machete). Bendiciones, porque la madre, el padre, las tías, la Biblia, el llano, el extranjero… le alimentaron la curiosidad, a veces lo derribaron para volverlo a alzar cada vez más enriquecido; le plegaron el alma de imágenes que le dan significado en el corazón a eso que reconoció luego en los libros.

“Me sentí como un bicho raro entre mis compañeros de la escuela. Quizás, porque mi mamá era evangélica y en aquella época eso era muy extraño. Para nosotros no había iglesias grandes como ahora. Recuerdo que mi mamá me hacía memorizar hermosos salmos. Como era evangélico no pude ser comunista, tampoco pude bailar. La cocina estaba prohibida para mí. Mi lugar debía ser la calle, donde están los hombres. Me dio miedo. Pero encontré mi lugar. Cuando mi papá no estaba, la biblioteca se convirtió en mi santuario.”

¿Acaso escribir para recuperar eso que vivió?

La escritura se traduce en eso. Al escribir me reencuentro con mis recuerdos, pero nunca lo he hecho con esa intención. El recuerdo ha surgido espontáneamente. La fuente siempre es la vida propia. La literatura es lírica, es decir, tiene una expresión que le es propia al escritor.

Entonces ¿por qué escribe?

Por tres cosas. A través de la escritura puedo comunicar lo que he vivido, conocido y comprendido. Es la forma que encontré para mostrar mis experiencias acompañadas de mis reflexiones acerca de ellas.

La segunda razón es que a través de la escritura doy salida a una vocación artística de una forma bella, espero verdadera. En este punto creo que la escritura ha colmado mis ansias de cocinero frustrado, de ofrecer un plato bien servido.

La tercera razón: escribo para buscar la admiración y el amor de otras personas. Me hace falta cariño. Sueño que venga alguien y me diga: “Mire, profesor Briceño, leí este párrafo que usted escribió y me gustaría saber por qué hizo eso”.

Pausa descriptiva: Jonuel Brigue - mitad avergonzado, mitad auspiciando reconocimiento - baja la mirada y se muestra incómodo.

Es que al principio uno tiene la sensación de que nadie te lee. Una vez me dijo un profesor, Mario Spinetti Dini, que uno no debería esperar ninguna respuesta; eso sería equivalente a echar un pétalo de rosa en el abismo y esperar atento a ver qué sonido produce.

¿Y alguna vez se ha puesto a escuchar el sonido?

Si...- dice. Alarga la sílaba con esa sonoridad casi vacuna eliminando cualquier dejo de vergüenza y dando paso a la risa. - Yo tengo mis lectorcitos por allí. Recuerdo que en 1962, yo mismo pagué la impresión de mi primer libro ¿Qué es la filosofía? Y no vendí ninguno; terminé regalándolos. Hace un par de años una editorial de acá quiso reeditar el libro y se vendieron todos y los volvieron a editar y los volvieron a vender.

La mesa de Jonuel Brigue está servida. En ella hay libros traducidos en otros idiomas. Se distinguen varios tipos de libros: unos de una etapa tratadística como: Europa y América en el pensar Mantuano (1979) y Discurso Salvaje (1980); otros libros son de narrativa como: Amor y Terror de las Palabras (1987) y Anfisbena, Culebra Ciega (1992). Una última etapa es más intimista y suele escribir los libros como diarios de viaje; entre estos se encuentran: Esa llanura temblorosa (1998) y Los recuerdos, los sueños y la razón (2003).Los primeros libros, cuenta el escritor, los escribió pasada la medianoche agradeciendo el silencio y la compañía del cielo despejado de Mérida. En cambio sus últimos textos fueron escritos hacia las cinco de la mañana, mientras en casa se colaba el café.

¿Y qué le acompaña cuando escribe?

Escribo a mano con pluma mojándola en un tintero. Así fue como aprendí a escribir. Lo hago en cuadernos grandes de raya. Cuando termino un libro, alguien de mi confianza lo transcribe. Luego guardo los originales y los mantengo cerca de mí. No tomo estimulantes ni siquiera té.

¿Cómo se prepara para el acto creativo?

No lo hago. Cuando me pongo a escribir ocurre en mí una especie de milagro. A mí me cuesta mucho que me pidan que escriba algo cuando no experimento esa sensación. A veces hasta le puedo quedar mal a alguien. Ese milagro ocurre de manera independiente a mi voluntad. Es un estado de ánimo que se va acentuando y llega el momento que tengo que escribir, de lo contrario me molesto. Entonces, escribo con gran facilidad. Me enamoro del libro que está por nacer, como una mujer que está por dar a luz.

¿Entre sus cuadernos queda algo inédito?

Alguna cosa habrá. Ensayos más que nada, pero yo soy de los que piensan que los libros deben publicarse. Una imagen de mi infancia: un día en la cocina vi como desplumaban a una gallina ponedora. Lo que más me sorprendió es que pude ver cómo dentro de ella había un huevo con la cáscara bien formada, atrás uno más pequeño, atrás otro y así sucesivamente. Pienso que cada libro es como un huevo de esa gallina. Si el primero no sale, no se publica, entorpece el desarrollo de los otros.

¿Ha logrado con la escritura lo que se propuso?

El búho de Minerva, la diosa de la sabiduría, sólo alza su vuelo al atardecer. Sólo canta cuando es de noche y de día espera. De modo que para comprender qué es lo que he hecho en mi vida tendría que haber terminado de vivir. Tendría que tener esa distancia de mí mismo, eso si es mi caso, lo que he hecho se asemeja al vuelo de Minerva.

¿Y qué espera en los próximos años de la escritura?

Me gustaría, en la medida modesta de mis posibilidades, ser parte de la herencia de Minerva, porque para mí la literatura es como una gran herencia. Me siento rico, multimillonario. ¿Cómo es posible que yo tenga acceso a obras maravillosas hechas durante siglos?Espero que todavía dentro de mí haya muchos huevos en formación, muchos libros por poner, pero que a esta gallina no le corten la cabeza.


Briceño Guerrero: “Cuando me pongo a escribir ocurre en mí una especie de milagro. Es un estado de ánimo que se va acentuando y llega el momento que tengo que escribir, de lo contrario me molesto. Entonces, escribo con gran facilidad.”

3 comentarios:

Biscuter dijo...

Gracias por traer esta entrevista suculenta de Briceño Guerrero. La imagen de la gallina es impagable.

Saludos

Enrique Augusto D´Lima dijo...

hola amigo, Brise#o es una persona muy cercana a mi familia paterna, que buen articulo el que publicaste, ademas de que yo soy cocinero no sabia que el Doctor Brise#o habia tenido como primera vocacion la cocina. Un abrazo desde Caracas

moralexis dijo...

Muy buena tu entrevista. Siempre es buenísimo leer sobre Jonuel. Es una pena que sea tan poco conocido en nuestro país. Y también es una pena que hayan cerrado el maravilloso site que tuvo hasta hace poco.