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lunes, enero 09, 2017

LA SAL DE LA VIDA... LAS ESPECIAS... EL UNIVERSO





Mercado Pequeños comerciantes. San Cristóbal. 
Foto: Antonio Gámez





1.-Hace un tiempo vi una película hermosa llamada A Touch of spice, se sitúa en la complicada Estambul de 1959, allí un niño hijo de un griego y una turca, jugaba en la parte alta del establecimiento de su abuelo, el turco. El establecimiento vendía especias y el niño estaba fascinado con ellas, sus aromas, sus colores, sus texturas, trascendían a los contenedores y flotaban en el aire, como elementos mágicos, como parte de un laboratorio secreto que explicaba los sabores y aromas del universo. Su abuelo como un sabio secreto, aconsejaba a sus clientes sobre sus problemas y que especia o receta preparar para salir de ellos. Un corazón roto: un toque de canela, un marido malhumorado: unas gotas de azahar, y fungía de vendedor y concejero. Un día el abuelo le explico al niño las estrellas y los planetas del sistema solar a partir de las especias. Le decía por ejemplo que el sol era como la pimienta, fuerte y picante y que en gran cantidad no se podía ocultar, que la canela dulce y amarga era como las mujeres y que la sal en la comida y en la vida se necesitaba para darle sabor. También le decía que en la palabra gastronomía se escondía sutilmente la palabra astronomía, que de alguna manera estaban relacionadas. El estómago y los astros, los astros y la manera de comer.

2.- Mi tío, el hermano menor de mi mamá; tiene un local en el mercado principal de Mérida, en Venezuela. En él vende granos, especias y exquisiteces. Cuando era niño trabajaba con él en vacaciones, para mantenerme ocupado, y hacer algo útil en vacaciones; así decía mi mamá. En ese trabajo, que hoy día lo veo como pasantías, no sólo aprendí a vender, amarrar las bolsas de caraotas, a tener pulso para pesar; aprendí algo muy útil para mi carrera de cocinero: el uso, aroma, nombre, valor, calidad, de las especias y hierbas que vendíamos. Además, aprendí a apreciar los mercados, su importancia, su necesidad, su lugar preciso y necesario en el cuerpo de una ciudad.

No sabía por qué, pero las especias y las hierbas me encantaron, me envolvieron en una especie de fascinación, como un enamoramiento, que me hacía pensar en ellas día y noche, y me obligaba a investigar a indagar todo lo que pudiera de ellas. Me relacioné con ellas con la mirada curiosa de un niño que descubre un mundo nuevo, sabores, aromas, combinaciones, sus usos culinarios, que aprendía día a día por mi tío y por los clientes, a quienes yo interrogaba fehacientemente. Recordemos que era una época sin internet, era la época de libros prestados y biblioteca.

Señoras italianas me explicaron las sutilezas del orégano y el laurel; Conchita, una mexicana, me desvelo el misterio de la mejorana; una señora árabe; creo yo; me explico sobre el dacka y el sathar, una hermosa joven colombiana me mostró la sensualidad de la carmencita en los guisos de su tierra. Me contó de lejanas hierbas como la huasca, que la conocí mucho después, ya grande y cocinero. Supe por un comerciante que intuí gitano que la alcaparra era el botón de una flor y que no sólo venía en frasquito cubierta de vinagre, me enteré y probé fascinado las que vienen saladas., Del orégano, el comino y la sal, me trasladé a la pimienta, la mejorana, las semillas de cilantro, de hinojo, de eneldo, sus diferencias sutiles. Conocí la paleta de colores de las aceitunas y que no solo servían para las hallacas, supe que es conveniente lavarlas un poco las que vienen en vinagre, pues este se usa para preservarlas. Conocí otra paleta diferente que me sorprendió mucho, la paleta de sabores. Ella me conmovió tanto como aprender la escala musical. Intuí una fina trama que urde la estructura de los platos desde su sabor, comencé a descifrar que el sabor se construye, que cada país, cada región, cada casa, cada cocinero tiene una paleta de sabores que lo diferencia, que lo hace único.  Aprendí a no confundir las especias unas con otras, comencé mis propios experimentos, las busqué en libros de cocina, aprendí su uso por experimentación propia en pequeños intentos en la cocina, laboratorio increíble que se me abría de pronto como un nuevo territorio a explorar.  

1.2.- El niño de la película luego de convertirse en cocinero y conocer el amor a través de las especias, conoció las hierbas que se usan para bien y las que se usan para mal. Y no hablo de brujería, hablo del conocimiento de las propiedades de las hierbas y especias, su uso medicinal, yendo a aquél antiguo adagio que dice: “Quien puede curar puede matar…” Así si conocemos las propiedades de las hierbas para su uso curativo, también lo conocemos para su uso maléfico. El niño del film, luego por los conflictos entre Grecia y Turquía se tuvo que separar de su abuelo y de la niña, su primer amor. Terminó siendo astrónomo y dando clases en la universidad. Una película bella que nos muestra los devenires de la vida, las sutilezas y pequeños detalles que no siempre apreciamos, y que hay quienes se maravillan ante los pequeños hechos de la vida. Una historia llena de amor, comedia, hechos inevitables, y de los sabores y aromas de una tienda de especias. Me recordó a mi niñez en el mercado principal, jugando entre los frascos de especias, tratando de descifrar la paleta de sabores de cada persona.

2.1.- De mi experiencia en el mercado me quedó la costumbre de la pimienta y la sal entrefina en mi despensa, también me quedó la conciencia de las posibilidades infinitas de las especias, de reconocer a simple vista las hierbas y especias, el no confundir las semillas de eneldo con las de hinojo, ni el tomillo con el eneldo. No sabía en esos días que sería cocinero, no lo soñé, no era mi intención, pero las vueltas de la vida me llevaron a serlo. Y esas experiencias como la de haber jugado a trabajar me sirvieron muchísimo cuando decidí dedicarme al sagrado oficios de los fuegos. Es más ese conocimiento me daba confianza para poder hablar de cocina con los cocinero experimentados, ese conocimiento me envalentonaban para ordenes como la siguiente: ”Vaya al cuarto frío y tráeme tomillo y eneldo frescos…” y no traer hinojo y no dudar a la hora de saber cuál era tomillo y cual mejorana. Aún cuando el cambio de especias secas a especias frescas se me hizo grande, fue muy rápido la forma como aprendía cual era cual, los aromas no me dejaban equivocarme.  Luego vi nuevas pimientas, nuevas sales, especias exóticas venidas de diferentes rincones del mundo, entendí que cada estilo de cocina, que cada cocinero usa su propia paleta de sabores, basado en los sabores de su casa, de su región, de su país.  

Epilogo.- Mi formación de cocinero ha estado llena de mis propias experiencias, algunas que aparentemente no compaginan con la cocina pero que hoy día puedo decir que es la completitud lo que me ha hecho tener la mirada que tengo sobre la gastronomía. Experiencias tácitas como aprender sobre las especias en un mercado, y otras como ver películas que hablan sobre la cocina o sobre temas relacionados con gastronomía. La Gastronomía es el estudio de lo que come un pueblo, basándose en sus costumbres, historia, posición geográfica, influencias externas, religión, política etc… así mi propia visión gastronómica es igual, está basada en todo esto de mis propias experiencias. Imaginar el universo desde la mirada de la cocina, imaginar el cielo nocturno como una gran despensa llena de toda clase de especias, imaginar una paleta de sabores única, que recurra a la memoria gustativa primigenia, cercana a la lengua única y universal. Entender al universo y a los dioses desde los ingredientes. Hacer poesía, desde el sentido de poiesis, de los griegos. Crear, no cantar a la rosa sino hacerla florecer en el poema, todo ello, desde las experiencias vividas, soñadas, anheladas. Todo ello desde la cocina, desde la gastronomía, que encierra la palabra astronomía dentro de ella misma.

Un recuerdo y una película, pequeños detalles que componen un gran rompecabezas de identidad gastronómica. Pequeños detalles que finalmente no son más que la sal de la vida.


sábado, marzo 26, 2016

Doña Cuaresma, y las cocina sagrada



El combate entre Don Carnaval y Doña Cuaresma. Bruegel el viejo. 1559.



Tiempo de cuaresma, son cuarenta y seis días de ayuno y penitencia que van desde el miércoles de ceniza y la víspera de la pascua, o domingo de resurrección. En estos días la iglesia prescribe estas penitencias para recordar los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto. Su origen es el de la pascua Judía, que recuerda los cuarenta años de los Judíos en el desierto. Pero hay otros números a los que recuerda este tiempo, a saber: cuarenta días y cuarenta noches que duró el diluvio; 400 años que estuvo el pueblo de Dios en Egipto como esclavos. 


Este tiempo es un tiempo de preparación y purificación para la fiesta más importante del cristianismo, la pascua de la resurrección. Que se celebra el domingo de la semana santa, este día como todos sabemos se celebra la resurrección de Jesús el Cristo. Interesante conexión entre la fiesta de pascua judía que conmemora la liberación del pueblo de Israel de su esclavitud de Egipto, luego de 400 años de cautiverio. Celebra los 40 años de penuria de ese pueblo por el desierto. Pero el viernes (santo para los cristianos) era el primer día de esa celebración y fue el día en que murió Jesús, hecho de importante relevancia pues Jesús sería el cordero pascual que se sacrificaba en esa fecha, su sangre, su sacrificio purificaba a la humanidad. 

La última cena de Jesús y sus discípulos se celebró según las tradiciones el jueves santo, en los andes venezolanos,el jueves y el viernes se hacen sendas comidas conmemorando la última cena y se suelen servir los siete potajes. En la última cena se lleva a cabo una de los hechos en los que se basan los ritos de toda la cristiandad la repartición del pan y del vino por parte de Jesús. La eucaristía o acción de gracias, es la ceremonia más importante de la misa católica, donde por medio de una lámina de pan ácimo es decir sin levadura, (la hostia) se transmite el cuerpo y carne de Cristo por medio de la transustanciación. Esto quiere decir que la esencia del cuerpo y sangre de Cristo sustituyen la esencia del pan y del vino. Para los cristianos luteranos o evangélicos es la consustanciación,donde conviven la esencia del pan y el vino y el cuerpo y la sangre de Cristo, no lo sustituye como para los católicos.

Este detalle es interesante porque la parte más importante de la misa es la de comerse al hijo de Dios, o un pedazo de el y tomarse su sangre, y no lo digo con un intención irrespetuosa sino con curiosidad de cocinero. A diferencia de la iglesia católica que usa la hostia o pan ácimo la ortodoxa consagra el pan con levadura y lo reparte en la misa. Por cierto sería harto interesante conocer la receta de las hostias y elaborarlas en alguna oportunidad. Gjurdieff afirmaba que el día de la última cena Jesús realmente les dio a los discípulos su sangre y un pedazo de su carne, como una ceremonia mágica para poder tener contacto luego de muerto. Recuerden la importancia de la sangre en los sacrificios, recuerden el ritual que hizo odisea para convocar a los muertos, recuerden las prescripciones sobre la sangre de Los testigos de Jehová... no lo sé, es sólo lo que dijo este sabio oriental.

Por otra parte los musulmanes mantienen el ayuno en el mes de Ramadan, donde se abstienen de comer, o beber agua desde la salida del sol hasta su caída. Si bien no tiene el mismo origen la penitencia y la abstinencia sexual también son importantes. Acá las reglas del ayuno de Ramadan:
  1. Tener presente la intención. Se debe tenerla presente en la mente y en el corazón antes del faŷr (inicio del tiempo de la primera oración del día) y puede ser dicha diariamente, o por todo el mes desde su inicio.
  2. Tanto tomar algo antes del salat, aunque solo sea un vaso de agua (sunna) y algo antes de la oración del anochecer, es decir, justo después de la puesta del sol.
  3. La abstinencia de todo aquello que rompa el ayuno (bebida, comida o relaciones carnales, los cambios de ánimo exagerados) desde el alba hasta la puesta del sol.
  4. Buscar un estado de paz que promueva el estado de conciencia divina.


El hombre entiende la necesidad de liberarse del yugo del cuerpo, es decir de ser duelo de sí mismo y de su cuerpo, además de la purificación que todo esto conlleva. Se purifica el cuerpo y se fortalece el espíritu para la llegada de esta fecha especial, pero ¿Qué ocurre en estas fechas que es tan importante? ¿Por Qué la fiesta más importante de la iglesia es marcada por la posición del sol y la presencia de la luna? sobre todo después de todo lo que dice la iglesia en contra de la astrología. Es el renacimiento de cristo la representación del renacimiento del sol, la iglesia ¿Está celebrando el equinoccio de primavera?

Estas preguntas me las hago, mientras me preparo para cocinar el almuerzo de Pascua, cordero, hierbas amargas, vino formarán parte del menú. Celebraremos el año solar, la resurrección de cristo, el nuevo sol, el nuevo fuego, pero sobretodo celebraremos la vida, y daremos gracias por todo lo que nos han dado. Entendiendo que el cuerpo es templo, entendiendo que nuestro oficio es sagrado, entendiendo el lugar que tenemos en el mundo.

domingo, junio 07, 2015

REFLEXIONES DE PANADERÍA, SOR JUANA INÉS, Y EL PROCESO ALQUÍMICO






"Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito..."
Sor Juana Inés de la Cruz


Hemos estado desde hace un tiempo pruebas con panes de masa madre, son panes de fermentación más larga que no se elaboran más que con harina, agua, masa madre y sal, paciencia y un horneado cuidado. Estos panes elaborados con estas masas madres son panes de fermentaciones largas que extraen mucho sabor del trigo, haciendo panes muy particulares. Hay varios estilos, en uno de ellos la masa adquiere una acidez marcada producto de la fermentación larga, aún cuando la acidez resulta rica, hemos estado intentando que sea equilibrada, quiero decir con esto que aún cuando tenga acidez no sea predominante en el sabor. Otra característica es la de la corteza que debe ser gruesa y crocante, esto por ser panes de campo. La pruebas que hemos hecho no han sido consistentes en este punto de la corteza, algunas veces nos ha quedado crocante y gruesa y otras no tanto. Estamos haciendo un horno de barro, que pienso mejorara este aspecto, ya que pondremos una gaveta de metal que podrá generar un vapor constante, sumado a que trabajaremos directamente en el piso del horno, que dará como resultado panes más crocantes y con una color marrón provocativo.

El tema de estos panes a los que llaman panes reales, es que son panes no tan comerciales debido a que no se les agrega levadura o se les agrega menos cantidad buscando una fermentación lenta que extraiga la mayor cantidad de sabores deseables del proceso de panificación. Esto no es comercial por el tiempo requerido para ello, ya que es más largo. Saben la máxima, más levadura, panes más rapidos, mas ventas. Estos son panes que requieren paciencia, pues es un proceso lento que da como resultado sabores complejos, pero que resultan un reto y toda una hazaña lograrlos. Claro que luego que pruebas estos panes, te cambia tu concepción de lo que es el pan, y quieres sólo comer panes de este tipo. Es lo mismo que cuando pruebas una buena cerveza que te hace pensar que has tomado mucha cerveza mala en tu vida. 

Además de lo que digo sobre el sabor delicioso de esos panes, resulta que al no añadir azúcar y al tener un proceso lento de fermentación logra desdoblar de mejor manera los almidones produciendo panes aptos para personas con problemas de glicemia, ya que no la incrementa por el consumo de ellos. Así que dan panes más sanos y de mayor sabor.

El hacer pan me recuerda la frase de Van Gogh que decía: "El arte no es más que el hombre sumado a la naturaleza..." Así, el trigo, el agua, productos que nos da la naturaleza, por medio del ingenio del hombre y su trabajo y a través del proceso mágico, alquímico, sagrado del fuego, transforma algo incomible, como lo puede ser el trigo crudo o la harina de trigo; en algo delicioso, fundamental de casi todas las gastronomías. Quizá por eso sea el pan un alimento sagrado para las religiones de occidente. 

En lo personal la panificación es un proceso que considero una vertiente pública de la alquimia, muchas de las verdades de los grandes maestros están escondidas a la vista de todos. "Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de oír..." También grandes verdades se esconden en lugares comunes, sólo se debe estar atento. 

Sor Juana Inés de la Cruz que además de escribir poesía, fue también una cocinera excepcional y que hasta hizo un recetario, decía en su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz: "¿Pues que os pudiera contar, Señora, de los secretos que he descubierto estando guisando? Ver que un huevo se une y fríe en la manteca o el aceite y, por el contrario, se desplaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que  haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y la clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una por sí y juntas no." Sor Juana intuyó por medio de los fogones lo sagrado del oficio, vio en los cambios de un asado todos los pasos del proceso alquímico. ¿Por Qué no ver con humildad todo lo que le enseña a un cocinero atento el proceso de panificación? Quizá lo acerca a la magia, a los secretos, a la leyes que rigen el universo. O tal vez sólo lo maravillen, con el humilde oficio de transformar en sutil lo grosero. No lo sé. Mientras tanto seguimos levando unos panes de masa madre. 

jueves, abril 05, 2012

LA TIERRA+ELHOMBRE... EL ARTE DEL PAN


"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy..."


En el viaje de aprendizaje de la cocina, nos encontramos en un recodo con la panadería, un arte un poco despreciado, un tanto olvidado. El pan que en palabras del Van Gogh no es más que el hombre sumado a la naturaleza, arte puro. El trigo, su cosecha, el beneficio del mismo, así obtener la harina, y la harina, más agua más levadura, más la mano del hombre y el fuego purificador y generador. El pan, expresión de la magia, de la alquimia, del poder creador del hombre. Así, entre harinas y hornos hemos revisado este antiguo arte y lo practicamos a diario, en una suerte de ritual, de culto a la tierra y a la divinidad por medio de trabajo y la disciplina de pararse a diario a amasar, levar, formar y hornear.


El trigo, junto al arroz en Asia y el maíz en América son ingredientes sagrados, presentes en la mesa y en el altar de muchos pueblos y sus religiones. Recordemos que religión viene de re-ligare, religar... Así por medio del pan, nosotros sacerdotes del antiguo oficio del fuego nos religamos con la tierra, con el cosmos y con la divinidad, pero sobre todo con nosotros mismos. Así, la cocina entendida desde una aspecto más profundo, menos comercial, así la entendemos en odisea culinaria, así tratamos de vivirla, sentirla y trabajarla. La cocina, el pan, la eucaristía diaria que nos pone en armonía con las cosas importantes y nos conecta con nosotros mismos.