Ayer me fui de Valencia en la madrugada para San Felipe, llegué a las 8 de la mañana al CIG (Centro de Investigaciones Gastronómicas), al fin conocí en persona a la encantadora y muy versada en la cocina Cruz del Sur Morales, mejor conocida como: Cuchi , me recibieron muy bien, me han hecho sentir como en casa. La quinta Salsipuedes, donde funciona el CIG, queda en una zona de la ciudad muy bonita, por la Avenida las Fuentes, las instalaciones son bellísimas y la cocina muy linda e impecable. Tiene un solar grande, de esos que dan ganas de vivir en una quinta y jardines amorosamente mantenidos.
El equipo del CIG, los muchachos de Cuchi son super atentos, muy simpáticos y profundamente comprometidos con el proyecto. Ricardo, Damarys y Osmany, todos amantes de la cocina, todos excelentes muy disciplinados cocineros, enamorados de la cocina y con una base técnica y teórica impresionante. Ricardo y Osmany son egresados de la UNEY de la carrera Ciencia y Cultura de la Alimentación; Damarys es pasante de dicha carrera en el CIG, se gradua en Julio, pero ya es toda una profesional. Completan el equipo la carísmatica y muy eficiente María y el Sr. Manzanilla.
No sólo me mostraron las instalaciones de Salsipuedes, sino de CEHOTUR (Centro de Estudios para la Hospitalidad y el Turismo), que es una posada escuela de la UNEY, para el diplomado en servicios turísticos. La posada es una coquetura, tiene tres habitaciones, una cocina bien equipada y una sala comedor que es acogedora y funcional. En la temporada de clases la cocina de la posada abre al público general ofreciendo almuerzos los días miércoles, jueves y viernes. Es una manera de poner en práctica lo que aprenden, por supuesto la asesoría gastronómica la hace Cuchi, así que la comida es muy buena.
Me alojaron en Salsipuedes mismo, una habitación me me hace sentir como toda una personalidad, es muy bonita, tiene de todo, aire acondicionado, agua caliente, toallas, bata de baño, televisor, computadora, les puedo asegurar que estoy mejor que en un hotel. Además la habitación queda cerquita de la cocina, el sueño de un cocinero.
Cuando llegué, asistí a una clase que daba Cuchi de Introducción a la Cocina con estudiantes de nuevo ingreso a la carrera, una clase que inspira y lo llena a uno de entusiasmo por esta profesión del fuego.
Estoy impresionado no solo por el equipo de trabajo y por las excelentes instalaciones sino que también por el trabajo que aquí están haciendo en pro de la cocina venezolana y de nuestras tradiciones.
Hoy en la mañana les hice una pisca andina merideña, que nosotros llamamos caldo de huevos o caldo de leche, lo serví con arepas de maíz pilado. Creo que les gustó el desayuno merideño. La diferencia de este caldo a la pisca es que no se prepara con caldo de carnes, es un caldo donde se cocinan papas en finas láminas, se aromatiza con cilántro, cebollín y ají dulce, se le pone leche, huevos y queso blando. Es sumamente importante prepararlo con leche líquida, nunca con leche en polvo, no queda igual. En los sitios de Mérida donde venden pisca andina, no la preparan a la manera de Mérida sino o a la manera tachirense o un invento mal realizado de la receta original.
Bueno, estoy feliz de estar trabajando aquí y estoy aprendiendo mucho con Cuchi y su equipo.
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