jueves, enero 11, 2007

Tocó la puerta de mi casa, la muerte.

Hace unos días puse un post sobre la tristeza y los recuerdos, de lo que nos trajo y se llevó el año nuevo y que de cara al nuevo año una buena actitud sobre la vida. Es extraño, ese post lo comenzé a escribir el primero de enero y lo terminé y publiqué el 5 de diciembre. Fue extraño porque hablé de la muerte. Hoy recuerdo una frase de Jean Racine en su Fedra: "La muerte se esconde en el ínfimo paso del instante." Así, la muerte salió de su escondite y sorprendió a mi madre en la madrugada del nueve, este martes. Consternados y tristes estamos quienes la conocimos.

Acá les dejo unas palabras que escribí para el día del funeral que me gustaría compartir con los apreciados lectores:

Hoy estamos aquí para despedir a Haydeé, mujer fuerte, incansable luchadora, abnegado ser humano, persona sensible, hija preocupada, ferviente católica, dedicada esposa, apasionada profesional, dinámica colega, apreciada compañera de trabajo, tenaz gremialista, trabajadora responsable, paciente profesora, solidaria amiga, queridísima sobrina, hermana ejemplar, respetada prima, amada cuñada, anhelada tía, maravillosa y amorosa madre, inolvidable persona, …


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

Los Heraldos Negros. César Vallejo



Mi mamá fue todo un personaje; quienes la conocimos sabemos que ella amó la vida, la saboreó, supo contagiar a todos esa alegría tan suya, ella bailó con la vida; en las situaciones más difíciles supo salir adelante, dignamente, con la cabeza en alto; su solidaridad y preocupación fueron piedras angulares de la familia; su generosidad fue un gran abrazo con el que a todos nos estrechó. Como madre fue intachable, abnegada, amorosa, paciente, solidaria, única.

Este momento que para muchos es tan triste, esta separación que causa un dolor no sólo en el corazón sino también en las entrañas; este momento que nos llena de angustia por esta separación no debe ser amargo, más bien debe ser un momento de felicidad, de dicha; las campanas de alegría deberían tocar por mi mamá, porque este es el momento en el que ella se encuentra con algo más grande, este es el momento más importante de su vida, porque esta vida no es más que una transición, porque este mundo es una colonia para la rehabilitación de las almas, para su aprendizaje, fortalecimiento y evolución; hoy es el día en que mi madre trasciende a otro plano, en el que toda sus luchas, sufrimientos y trabajo serán recompensados. Hoy ella termina este ciclo, hoy ella está en el llegadero y está encontrándose con Nuestro Señor. Así que todos, sin excepción debemos alegrarnos por ella, debemos dejarla ir a ese encuentro tan anhelado, no debemos ser ataduras para ella, dejemos que vaya en paz y llena de alegría al encuentro supremo. Ella que tuvo una profunda fe, hoy está camino a un lugar mejor, porque esto no es el final del camino, es el principio de él.

Sé que este momento es difícil, tan difícil que no logramos entender, que no creemos poder salir adelante, en este momento seamos fuertes, hagamos que mi mamá se sienta orgullosa de nosotros, pidamos a Dios fortaleza, sabiduría y resignación porque entendemos que todo esto es una prueba para nosotros y un momento sagrado para ella.

Estamos llenos de agradecimientos a todos los que están aquí, no sólo físicamente sino en alma, espíritu, pensamiento y corazón. Los amigos deben ser como la sangre, venir a la herida sin que nadie los llame; todos, amigos, familiares, compañeros de trabajo, colegas, alumnos, todos han sido más que la sangre en este momento tan difícil, en esta prueba, nos han tendido muchas manos para sostenernos, nos han colmado de cariño, de apoyo, de amor, nunca dejaremos de estar agradecidos. Estamos agradablemente sorprendidos de todas las palabras de aliento, de todas las bellas cosas que han dicho de mi madre, créanme que nunca imaginamos que la apreciaran tanto, que tantas personas la tuvieran en tan alta estima. Gracias por todos los acuerdos, palabras, escritos, llamadas, abrazos, poemas, atenciones, obsequios de toda clase y por hacer que ella esté rodeada de flores y de amor.

A ella le decimos gracias por todo lo que hizo, por el ejemplo que fue y será siempre, y le deseamos que ahora que se encontrará con el abuelo Felipe, con la abuela Juanita, con la abuela Omaira, con el tío Hermidas, con la tía Margarita, con la abuela Elvia, con el tío Mundo, con su amiga la Pequeña, con mi Miriam, que hoy no nos extrañe tanto, y que se sienta a gusto en su nuevo lugar. Sé que algún día será ella quién nos reciba en esos lugares.

HASTA PRONTO HAYDEÉ

HASTA PRONTO MAMÁ

NUNCA TE OLVIDAREMOS

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bellas palabras, gracias por compartirlas... me sentí muy identificada con tu post anterior también.
Recibe desde la blogósfera el apoyo de todos quienes te leemos y apreciamos. Un abrazo.

Antonio Gámez dijo...

Gracias Maru

Muchas gracias por el comentario y por el apoyo y pr la muestra de aprecio.

Un abrazo

Biscuter dijo...

Hoy, día de la Divina Pastora, que a todos ampara y regocija,

recibe un abrazo de

Freddy y Cuchi

Antonio Gámez dijo...

Gracias

A ambos por ese abrazo cariñoso.

Anónimo dijo...

hermosas palabras, sabes que eres luz, no dejes opacarte, aun en momentos dificiles, un gran abrazo