jueves, marzo 20, 2008

LA COCINA COMO OFICIO ANTI-SOCIALISTA


Sin ánimos políticos les cuento esto que me ocurrió de verdad y sólo lo cuento para recordar las polémicas palabras de Santi Santa María sobre lo de que ser cocinero es ser un farsante que trabaja para complacer y exprimirles los dinerillos a gente rica y snobs. Bueno no dijo cocinero, dijo chef.

Hace un tiempo el gobierno venezolano creó un plan llamado: Misión Vuelvan Caras, inspirado supongo, en la premisa esa de que si quieres ayudar a un hombre, no le des un pescado, enséñale a pescar. Bueno el plan era fabuloso, se les daba cursos a la gente de algún oficio, luego se les daba una inducción acerca de cómo crear un negocio con el oficio aprendido en los cursos, se le asesoraba luego para crear un cooperativa y se les conseguía un crédito con condiciones especiales. Los instructores y el equipo del plan, no sólo hacían la asesoría, sino que también hacían un seguimiento del progreso del negocio creado, para orientarlo hacia el éxito y para ayudarlos en las dificultades.

Bueno en vista de que el plan me pareció excelente, me ofrecí de voluntario para ser instructor de cocina, no por la paga sino porque me parecía un idea maravillosa y muy bien estructurada. Así, me fui al INCE turismo y me ofrecí para formar parte del Plan Vuelvan Caras. Antes de ser instructor había que hacer un curso de formación, -por supuesto dije de inmediato- Lo extraño fue que el primer componente era el Componente Socio-Político, claro entiendo que una señora o un jóven que quiere aprender un oficio como cocinar, debe saber primero que nada quién fue Marx, qué importancia tienen los medios de producción, la Cogestión, la revolución LatinoAmericana, pensamiento político del siglo XX, la manipulación de los medios de comunicación y un largo etc... que si les cuento no me creen.

En fin, los instructores del curso de instructores, unos Señores y Señoras (La reivindicación de la mujer en la sociedad venezolana) bastante cerrados en cuanto a las ideas, por cierto que un par de ellos con fama y gloria de ser combatientes de las calles (tira piedras, diría mi compadre). Bueno, ellos nos instruyeron acerca de la manipulación que hacía el imperio Yanqui sobre los medios de comunicación y de cómo la CIA nos atacaba incesantemente de formas no tan claras pero precisas para socabar el poder del pueblo en Venezuela. Un día y luego de preguntarme a qué me dedicaba, les dije que era cocinero, (el chef es un cargo y blah blah), pero ellos de inmediato me etiquetaron de chef, además y por la zona donde vivo de bugués.

Todo el cuento aunque no lo crean no es para hablar mal de gobierno, contra el que no tengo nada. Sino para narrarles cómo uno día un de los instructores me llamó aparte para decirme que eso de chef era un oficio con el que se debía tener cuidado, porque el pueblo era educado para ser un vil sirviente de la burguesía predominante y lacaya del capitalismo. Qué uno lo que hacía era ayudar a la proliferación y fortalecimiento de la explotación a la clase trabajadora para manentener el Status Quo de la oligarquía venezolana. Qué como revolucionario no se debería estar de acuerdo con esto. Además, él propondría que se reconsidere la cocina cómo un oficio necesario para huír del capitalismo por medio de la creación de las cooperativas donde no existan los asalariados explotados sino donde todos sean dueños de la empresa, perdón, empresa es un término capitalista.

Yo me pregunto, ¿Qué pensaría el instructor, que por cierto es muy pana y buena gente, y pienso, cree en la revolución a pie juntillas; que además es honesto y no se ha vuelto millonario con las influencias en el gobierno. Si se diera cuenta que grandes clientes de restaurantes "capitalistas", que gastan groseras cantidades de dinero y que han hecho de la buena vida una marca personal, son los líderes de la llamada revolución? ¿Quizá no diga esas cosas tan fuerte o se decepcionaría?

Mientras, los cocineros seguimos siendo unos farsantes, pero entre farsantes te veas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo leer tu relato me indigna profundamente, lástima que no supieron aprovechar tu talento y el de muchos que seguramente han sufrido la misma decepción.

Antonio Gámez dijo...

pues sí, la cosa es que como me tildaron de "Escuali" me mandaron a dar un curso en un pueblo que queda a cuatro horas de la ciudad, lo cómico es que lo único que pedí fue dar cursos en la ciudad, ya que estudio en la universidad y trabajo acá.

Bueno, no importa igual trabajamos día a día por el país.

Un abrazo desde Mérida, más alta y más tranquila.

Anónimo dijo...

jejeje mi tia (revolucionaria) tiene mas de 5 meses en un cursillo de esos... Lo positivo es q ha aprendido a usar un cuchillo..
jejejeje.. A ni hablar de los debates de "ideales socialistas". Por algo no fuiste parte de ese proyecto.. Eres demasiado Bueno en la cocina.. saludos.. Tu querida amiga MAFER (la q te saca de los trabajos)

Antonio Gámez dijo...

Hola Mafer (la que me saca de los trabajos)

jajajaja, que gusto saber de ti.
Gracias por tu comentario y saludos a tu tía. Eso de usar el cuchillo es relativo, ¿lo usa para cocinar?

Saludos revolucionarios

Anónimo dijo...

mmmm.. yo espero q sea para cocinar!!! no quiero impulsos terroristas! jeje abrazos revolucionarios...

Karina Pugh Briceño dijo...

Que tristeza... Tú que ibas con tan buena disposición...

A mi me daban marxismo en el tetero (papá antropólogo y mamá sociólogo), me leí el capital a los 16 años, milité en la u.j.r en mi adolescencia y, por fortuna, parece que un día desperté y me di cuenta de lo bello que era en teoría y lo trementamende absurdo en la práctica, sobre todo porque la gente que lo tiene como bandera personal no es mejor que la que se confiesa neo liberal.

Lo increíble es que esos revolucionarios (que no se enriquecen y que creen ingenuamente en "el proceso") son la carne de cañón de los otros y están como hipnotizados hasta el punto de vociferar (no sé si serían capaces si llega el momento) de dar la vida.

No sé... He llegado a pensar (porque tengo gente cercana que antes del chavismo se sentían vacíos y ahora tienen una razón para vivir) que "el proceso" llenó de sentido la vida de un montón de gente que se estaba muriendo de aburrimiento.

Cada vez más creo en lo que dice mi querido Facundo Cabral: "La verdadera revolución es revolucionarse"

Siry Pérez dijo...

Lamentablemente asi están las cosas en nuestro querido país, esta seudorevolución es alienante y parece que solo se sustenta en crear zombies.
Que triste pero asi son las cosas.