martes, agosto 29, 2006

Entre bodas y mezes


El fin de semana fui a la boda de mi amigo Esteban, la última boda que a la que imagine que iba a ir, porque pensé que él nunca se iba a casar. Fue extraño estar de este lado de la fiesta, sin estrés, sin trabajar, porque por ejemplo yo no disfrute de la boda de mi hermana, tuve tanto trabajo, sobre todo porque los invitados esperaban que yo cocinara y porque era natural que la ayudara para que todo quedara muy bien. Pero en la boda de mi amigo me sentí muy bien.

A parte de lo cultural del güisquicito, y de bailar y criticar a los invitados algo que es típico en toda fiesta venezolana son los pasapalos. La mesa de comida,mesa de quesos, rondas de pasapalos, buffet, comida plateada, piñas decoradas, ojos de buey, tequeños, pastelitos, voul-au-vent rellenos, tartaletas, bocaditos, brochetitas, tortillitas, todo en pequeñito para llenarle la barriga a los invitados y no se rasquen tan rápido. A quienes les encanta la pasapaleadera, las preferencias van desde lo típico hasta las últimas modas. Hace tiempo es común que también pongan dulces: mini alfajores, mini alfeñiques, bombones, tequeños dulces, ahora fuentes de chocolate, con frutas con malvaviscos, dulces de todo tipo que dependen del dinero que se gaste en la organización.

Al ritmo de la miniteca, o el dj, o el grupo la gente baila y hace su procesión a la mesa llena de embutidos, cremas, antipastos, pancitos, señoritas, galletitas, casabitos, mezes, dips, montaditos, brocheticas, quesos, palillos, cucharas, platitos, frutas, chismes, confituras y lo que las recetas y colaboraciones de tías, cuñadas, concuñadas, madrinas y amigas traigan. La mesa es muy popular y centro de atracción de una fiesta que se respete, no solo ponen frutas y flores para adornar, sino que la cosa va desde esculturas de hielo recontra pasadas de moda, hasta los modernos ramos comestibles se conjugan para adornar las vituallas a degustar. Me hace reír mucho, cómo al principio de la fiesta la gente tímidamente mira la mesa de quesos desde lejos, pero a medida que la fiesta se caliente y los tragos hacen su trabajo van en tropel en busca de las delicias que aguardan por ellos, pero ya cuando llegan los mariachis solo quedan las ruinas de una mesa que costo mucho trabajo en hacerse.

Mientras hacía la colita que baila en torno a la mesa de los quesos pude ver la cara de felicidad de los comensales y me llenó de alegría que la comida forma parte importante en toda fiesta venezolana.

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